Después de la Segunda Guerra Mundial se produjo una gran escasez de viviendas dentro de Europa, y Milán no fue la excepción. Se redactaron varios planes y soluciones en respuesta a la crisis, estableciendo comunidades satélite entorno a la ciudad, capaces de albergar entre 50.000 y 130.000 residentes cada una. En 1946, un año después de la guerra, se comenzó la construcción de la primera comunidad: El proyecto Gallaratese.
A finales de 1967, cuando se permitió el desarrollo privado de Gallaratese 2, el proyecto fue asignado al prestigioso Studio Ayde liderado por Carlo Aymonino. Aldo Rossi fue invitado por el arquitecto dirigente para contribuir con su habilidad arquitectónica dentro del proyecto, lo que llevó a la realización de distintas visiones sobre una comunidad microcósmica ideal. Juntos, los dos arquitectos italianos emprendieron el viaje que da forma a un ícono históricamente significativo y revolucionario de vivienda para la ciudad de Milán. Capturado a través del lente de Kane Hulse, el edificio y su importancia son revisitados en esta serie de fotos.
El interés mutuo de los arquitectos radicaba en crear auténticas comunidades urbanas con todos los elementos de una sociedad funcional: residencia, comercio, industria y más. El complejo de viviendas "Gallaratese" fue la oportunidad para combinar dichos elementos y demostrar sus capacidades al mundo. El proyecto se inspiró en un grupo de arquitectos modernistas llamado Proyecto X, cuya creencia principal era cohesionar bloques residenciales aislados para conformar distritos urbanos unificados.
Ambos arquitectos se sintieron cautivados por la Unité d'habitation en Marsella, un proyecto completado en 1952. El enfoque modernista de Le Corbusier y su teoría sobre la construcción de comunidades sirvieron como una significativa inspiración para ellos. Sin embargo, a pesar de esta influencia compartida, la contribución de Rossi contrasta rotundamente con la visión de Aymonino. La creación de Rossi toma la forma de un edificio rectangular, presentado como un bloque primario, rígido y blanco, el cual abarca 200 metros y se eleva sobre una serie de columnas en la planta baja que permiten espacios comerciales y minoristas.
Se creó un complejo de cinco estructuras, incluyendo A1, A2, B y C, el cual usa las ideas urbanas utópicas de ambos arquitectos. En A1 y A2, Aymonino utilizó las formas escalonadas, las rutas de circulación internas y externas, y la organización espacial celular de ejemplos romanos, como el Mercado de Trajano, conformando los bloques de ocho pisos que configuran el borde sur del sitio. B es un bloque de 6 pisos que se ubica donde ambos modelos anteriores se unen en un ángulo superficial, y se extiende hacia el norte desde el cruce. En esta intersección hay un anfiteatro al aire libre y dos plazas triangulares a cada lado, destinadas al uso público.
Hoy en día, el Barrio Gallaratese de Milán es un ícono de la historia arquitectónica. Este vecindario urbano es un ejemplo destacado de cómo los arquitectos experimentaban, para así poder resolver problemáticas presentes en el contexto posguerra dentro de Europa. La combinación plasmada en el Barrio Gallaratese, conformada por bloques rígidos e independientes e influencias modernistas, ha alterado permanentemente el skyline y la historia de la ciudad. Este complejo sirve como un ejemplo vivo de la influencia del diseño y la teoría arquitectónica en la estética y comprensión de la construcción de comunidades.